Si alguien te dice que puede escuchar por igual a Boney M., a los Ramones y deborar los surcos de Sigue Sigue Sputnik la cosa pinta como de locura transitoria, es decir de aquel que va y viene a su antojo en cuanto a gustos musicales. Quizás desde ese momento uno entiende lo que significa ser ecléctico.

Intronautas es una deriva, un puente que cruza o un camino divergente en la carrera de sus miembros y en la idea de qué música hacer en cada momento. Primera desviación entre Nikis, Fangoria, Dinarama y muchos otros aparecen Vegetales. Tras la ensalada aparecen Intronautas que, con sus tres discos, siguen siendo esa especie rara de grupos que van y vienen a su antojo sin importarles en demasía lo que los otros hacen o digan. Ahora se reedita su tercer disco El Tercer Ojo  con una edición especial.

Si te adentras en sus canciones te sorprenderás pero no abras la puerta si mueres con el ‘It’s Alive’ de Ramones y tampoco si tus tímpanos son incapaces de estimularse con teclados y sonidos ambientales. Pero atentos que esto sólo ha empezado y tienes ante ti 18 píldoras de una mezcla compuesta por humor y punk rock que disiparán cualquier dudas.

La monja Enana es lo más cercano a los Ramones en estado de shock. En el tema ‘Más Allá’ se ríen del tercer milenio a ritmo de sampleados y teclas poco uniformes. Con un un poco más de ritmo ‘Objetivo: La Luna’ te hace a bailar. ‘Solo sé perder’ se nos antoja que la ensalada vegetal todavía no se ha olvidado. El Tercer Ojo es un intento de pop en un disco difícilmente clasificable que por ello lo hace diferente, no es indie, es algo que siempre ha sonado. Los Intronautas no esconden lo que les gusta y como publican en su propio sello, ellos se lo guisan ellos se lo comen.