El pasado 2015 recibía con sorpresa y con cara de incredulidad el nuevo disco de The Monochrome Set. Seguramente no seréis demasiados los que les conozcáis, pues bien, me pongo a ello. Primero una dosis de recuerdo con lo siguiente: 

Aunque la formación comenzó a finales de los años 70, fue a mitad de lo 80 cuando consiguieron ser reconocidos, aunque tristemente únicamente por un sector de la crítica especializada. Aquella convulsa década en la que las actitudes post punk prevalecían y no hacían más que enturbiar o entorpecer otras apuestas musicales algo más arriesgadas e introvertidas. The Monochrome Set son una de esas bandas en las que su estructura musical se asienta en su líder. Se hace llamar Bid aunque su nombre real es Ganesh Seshadri y en sus declaraciones no suele dejar bien parada a la industria musical y arroja dardos envenenados a discográficas, mánagers y promotores. No parece tener demasiados amigos y quizás es por esto que cuando otros hablan de la influencia que ejerció se siente acomplejado y rehuye.

La idea de un artista es que la industria no les absorba por los lógicos intereses de cada cual. Bid siempre se mantuvo fiel a ese espíritu independiente de hacer la música que le apeteciese y con quien le apeteciese, tanto es así que la propia banda ha pasado por diferentes formaciones y disoluciones completas. Pero si algo parece reivindicar es la constancia y perseverancia, tanto que tras muchos años vuelven con nuevo disco, Spaces Everywhere.

Y en la actualidad nos encontramos con unos Monochrome Set algo más dulces pero sin abandonar las guitarras afiladas bañadas de un ruido limpio que les caracterizó. Han pasado el betún de la edad para convertirlos ahora en unos rifts sutiles que edulcoran el espíritu indie haciendo una concesión a nuevos vientos e intereses. Pero no olvidemos que Bid sigue siendo un inconformista y lo encontramos en un video más psicodélico que de costumbre en el lanzamiento del nuevo disco. Así que mejor que te introduzcas en un mundo personalista pero sin aquellos ambientes cargados de la etapa afterpunk intelectualoide de mediados de los 80. Aunque fueran coetaneos de Stranglers, Echo and the Bunnymen o XTC, The Monochrome Set son otra cosa.