Por Alfonso Alfaro

Tras cinco años sin pisar la capital, el Primavera Club volvió a echar a rodar. Pese a que la versión madrileña tiene menos grupos que la original de Barcelona, la selección artistas es muy variada y acertada. Tampoco hay que olvidar que aquí tocaron ayer The Breeders y no lo harán en la ciudad condal. Toda la esquina de la manzana compuesta por el Teatro Barceló y la sala Ochoymedio fueron para el festival y se notaba un ambiente mucho más musical de lo habitual.

Si de algo puede pecar el primer día es de la ausencia de bandas en el escenario principal del teatro Barceló. Hubo mucho sample, mucha electrónica y mucho sonido pregrabado. Las noruegas Smerz mostraron su minimalismo musical a los primeros asistentes del Primavera Club. Si bien su electrónica puede ser más y mejor admirada de noche, este dúo dejó buenas sensaciones sobre el escenario. La marca “Primavera” siempre ha apostado por grupos de la escena catalana y Cor Blanc son un ejemplo de ello. El trío tocó alrededor de una pequeña lámpara que rompía con la luz roja tenue de El Cielo de Barceló, sus temas sonaron cálido, muy cercanos y, sobre todo, creíbles. 

En el escenario principal continuaban por su fuerte propuesta electrónica con BlanckMass. Benjamin John Power hace un estilo que puede definirse como electrónica hard-core que fue demasiado para las 20.10 de la tarde. Su puesta escena incluyó mucho humo e imágenes aleatorias de ojos y glotis. Contra todo pronóstico St. Woods fue la mayor sorpresa de la jornada. Salió solo a escena con una guitarra y, jugando con las voces al más puro estilo Bon Iver, ofreció un recital de voz. Se notó que él era el primero en estar encantado por tocar en el festival y esto hizo que los temas de su EP Lessonssonasen mejor en directo. Unos problemas de sonido le obligaron a seguir en acústico pero se metió entre el público para terminar su actuación.

Con muy buen humor, Gabriel Garzón-Montano se subió al escenario principal del Teatro Barceló. Desde el minuto uno convirtió la sala en una fiesta de soul y R&B. Su maestría con los teclados y los ritmos pregrabados fueron simples acompañamientos para la magnífica voz del norteamericano. Terminó su actuación con una cumbia colombiana muy pegadiza que los asistentes acabaron cantando. Puro ritmo. La actuación de AmberCoffman se retraso más de 20 minutos por problemas técnicos y esto fue en su contra ya que tocaron muchos menos temas y algunos asistentes se fueron a cenar. Pese a que fueron la primer banda -guitarra, bajo, batería- que salía a escena, fue un concierto frío y lastrado por las malas sensaciones previas. 

Vulk se convirtieron en la alternativa previa de la mayoría de los que querían ver a The Breeders, la diferencia de público del inicio a mitad del concierto fue abismal.. Pese a que el escenario de El Cielo de Barceló se les quedaba un poco pequeño, los bilbainos dieron un bolo correcto donde no faltaron ‘Something Internal’ o ‘Unique Position’. La cola para acceder al concierto de The Breeders casi llegaba hasta el final de la calle, esto significa que la organización dio en el clavo con este concierto sorpresa. El grupo de las hermanas Deal -Kim y Kelly- se encuentra en un magnífico estado de forma y ánimo. En los primeros compases de la actuación la voz de la ex bajista de Pixies apenas se escuchaba pero tras un par de temas lentos se subsanó. El setlist fue un grandes éxitos con un par de temas nuevos como ‘Wait in the Car’ además de dos temas de su otra banda The Amps. Las composiciones más movidas como ‘Cannonball’ o ‘No Aloha’ se ejecutaron al milímetro y ‘Off You’ o ‘Drivin’ On 9’ -temas más lentos- fueron coreados entre los fans. En el pequeño bis que ofrecieron, Kim Deal y su banda regaló a los fans una magnífica interpretación de ‘Gigantic’ con ella en el bajo cuya interpretación fue más Pixies que los propios Pixies. Es posible que sean las mejores The Breeders desde los 90.