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Red Hot Chili Peppers y Biffy Clyro triunfan en un FIB de ‘sold out’

Por Judith Vives

Los sábados para el FIB siempre son jornadas complicadas: es el día del gran cabeza de cartel internacional. Esto hace que aumente la influencia por las entrada de día. En esta ocasión se ha colgado cartel de sold out, asegurando una asistencia de 53.000 personas para Red Hot Chili Peppers y el resto del line up.

Los ingleses The Strypes abrieron el escenario Las Palmas con un horario un poco traicionero para un grupo que ganó cierto reconocimiento nacional como teloneros de Arctic Monkeys. La apuesta del escenario Visa para comenzar el día fue la cantautora británica Marika Hackman, que deslumbró a la audiencia con su voz andrógina y sus buenas vibraciones. Era una de las imprescindibles y no decepcionó.

Después de ver a Dinosaur Jr. calentando el ambiente para los Red Hot Chili Peppers, la artista colombiana Lao Ra fue una de las apuestas de la organización para el South Beach durante el sábado a la tarde. Un directo refrescante y una música que bebe de la cumbia y de otras influencias latinas, la artista sorprende con un directo increíble y con una presencia en el escenario brutal para alguien que solo acaba de empezar. Canciones como ‘Bang Boom’ y su nuevo sencillo ‘Body Bounce’ fueron auténticos chutes de energía.

Uno de los platos fuertes era Liam Gallagher. Abriendo con ‘Rock n’ Roll Star’, el inglés sabe combinar lo que el público quiere (Oasis, Oasis y más Oasis) con sus propios temas. Lo consigue con creces, y canciones como ‘Wall of Glass’ son recibidas con casi el mismo clamor que clásicos de su anterior banda como ‘Morning Glory’. Con sus manerismos tan únicos en el escenario y dirigiéndose principalmente al público inglés, Liam Gallagher decidió terminar su actuación trastocando a todos los asistentes del festival…. tocó ‘Wonderwall’. Fue un momento muy mágico en el que todo el mundo dejó lo que estaba haciendo y echó a correr hacia el escenario Las Palmas, con las manos en el aire y cantando cada palabra como si les fuese la vida en ello.

Como siempre, el cabeza de cartel no es del gusto de todos, pero había alternativas, como Las Bistecs en el escenario South Beach. Estas chicas saben montar un show tremendo y poner el toque de humor con frases como ‘hagamos un minuto de silencio, que está sonando Californication’. Lanzaron cigarros, se cambiaron de ropa entre actuaciones… un auténtico espectáculo.

¿Y qué decir de la gran actuación de la noche? Red Hot Chili Peppers saben lo que su público quiere, sabían que la gran mayoría de asistentes estaban ahí por y para ellos. No hicieron esperar mucho antes de tocar algunos de sus mayores éxitos como ‘Dani California’ y ‘The Zephyr Song’. Hubo momentos mágicos, con mención especial a la batalla entre bajo y guitarra como introducción a ‘Californication’. No dejaron de agradecer a los fibers y al país su apoyo, y prometieron volver pronto. En su caso, sus años en el mundillo son una ayuda y no una lacra: saben mantener un nivel correcto de energía, un nivel correcto de interacción y colocar sus canciones como piezas de un puzzle que crear el ambiente perfecto durante cada parte de su actuación. En un festival es imposible que interpreten todos los hits clásicos de su carrera si además están presentando nuevo álbum, así que algunas se quedaron en el tintero.

Peter Doherty, líder de The Libertines, tuvo la difícil tarea de ocupar el escenario Visa durante gran parte de la actuación de los Red Hot, pero aún así tuvo una cantidad de gente notable a su merced. Su actitud de rockstar no tembló en ningún momento, y para disgusto de su equipo decidió que el mejor final posible era lanzar su guitarra contra el público, después de cerrar su set con ‘Fuck Forever’. Una actuación divertida que también se consolidaba como buena alternativa para aquellos que querían algo diferente. Es una lástima porque en un horario más adecuado estamos seguros de que hubiese generado mayor buzz.

Los encargados de cerrar el escenario principal anoche eran los británicos Biffy Clyro, quienes ya actuaron en el mismo escenario el año pasado. Un directo impecable y un público más que entregado que cantaban junto a Simon Neil y los suyos sus mayores éxitos como ‘Bubbles’ y ‘Black Chandelier’. La noche tuvo momentos íntimos, como ‘Medicine’ (de su último trabajo Ellipsis) en la cual Simon se enfrentaba con una acústica a un público que, si bien querían saltar y bailar, supieron también estar a la altura de estas canciones más melancólicas.

Pueden leer la crónica del día anterior aquí y la del jueves aquí.
Alfonso Alfaro: