Si hace unos días publicábamos en Oceaund la primera parte de la lista de los mejores discos de la 2016 ahora, con la Navidad ya encima y las manos de más de uno oliendo a marisco durante -por lo menos- dos semanas, desvelamos los 25 mejores de la segunda mitad del año. En los últimos seis meses se han lanzado un sinfín de álbumes, con especial hincapié durante octubre y noviembre, y, como es menester, seleccionamos 25 elevándolos a la categoría de los mejores discos de 2016.
Puedes escuchar la playlist de esta lista en Spotify.
Por Quim Coll
Más de 15 años después de su último disco, The Love Movement, los raperos americanos A Tribe Called Quest vuelven al mundo de la música con el excelentísimo We Got It From Here… Thank You 4 Your Service. La muerte de uno de los miembros principales de la agrupación, Phife Dawg, no fue una razón suficiente para que Q-Tip y el DJ y productor Ali Shaheed Muhammad abandonaran el disco, sino que sirvió como motivación para crear uno de los álbumes más importantes de este año. Grabado en parte cuando Dawg aún vivía, el álbum cuenta con una amplia lista de colaboradores de la talla de Jack White, Consequence, Busta Rhymes, Elton John, Kanye West, André 3000 o Kendrick Lamar. Ahí es nada.
Por Helena Malvido
Angel Olsen decide explorar otros terrenos en MY WOMAN en los que penetra en el oyente desde su punto de vista personal pero sutil al mismo tiempo. Este cuarto álbum saca a la Angel Olsen más real, sin la carcasa típica de cualquier folkie de este siglo. El disco rodea escenas que le inquietan como mujer, pero agregando la sutileza que provoca que cada uno lo reinterprete personalmente. Cualquiera se puede sentir identificado con lo que presenta y contiene tanto hits como ‘Shut Up And Kiss Me’ como cortes muy propios que suenan a ella misma sin ser lo de siempre como por ejemplo, ‘Pops’. En loop todo el día.
Por Tatiana Moro
La complejidad a la que nos expone Justin Vernon en el tercer trabajo como Bon Iver es un precipicio que al asomarse puede absorber o rescatar. Eso pretendió Vernon con 22, A Million, rescatarse a sí mismo de las heridas emocionales que le supuso un viaje a Europa. Refugiándose en el mantra «it might be over soon», el silencio, la soledad y la necesidad de dar la espalda al mundo, sin quererlo Vernon se pone frente a él, grita y se desgañita, aporta luz al final del túnel y nos guía en una travesía emocional por canciones tituladas con lenguaje leet -dejando lo fácil para otros-. La edición de la voz con herramientas digitales conducen en ocaciones hasta la estridencia de un Justin Vernon resurgido. A destacar canciones como la ceremonial ’22 (OVER S∞∞N)’, ‘715 – CRΣΣKS’ que rememora su maravillosa colaboración con James Blake o la cruda ‘0000 Million’.
Por Tatiana Moro
Natasa Khan regresa cuatro años después de The Haunted Man con un álbum inspirado en su andadura por el mundo cinematográfico. Bat For Lashes dan forma a un trabajo discográfico en base a un corto que dirigió Khan sobre su visión del amor moderno. La contención del dolor podría resumir el relato de la novia que ha perdido a su pareja en un accidente el día de su boda. La austeridad instrumental aunada con la congelación de letras desoladoras hacen de Khan un ser capaz de transmitir el dolor con la delicadeza propia de la pérdida repentina. Alejándose del pop, Bat For Lashes se aproximan a un álbum más lento y denso pero con una gentileza melodiosa y coral.
Por Paula Molero
Si Cass McCombs necesitaba un disco para consagrarse, sin duda lo ha conseguido con éste. Mangy Love es un trabajo largo y cuidado en el que el americano depura su estilo hasta convertirlo en una suerte de desnudo y suave pop folk con elegantes toques de soul. Un álbum no apto para impacientes con 12 temas cocidos a fuego lento (la mayoría superan los cinco minutos), que exigen adentrarse en su delicado universo para captar los sutiles arreglos y los precisos matices, así como escuchar los dulces coros de Angel Olsen en temas como ‘Opposite house’.
Por Jaime Malvido
Los grandes escenarios del rock han estado habitados en su mayoría por hombres y por bandas con una media de cuatro o cinco integrantes que a veces crecen tanto hasta el punto de que a mitad de actuación te das cuenta que en realidad hay quinientas personas en el escenario. Todo esto se ha acabado, ni el buen rock actual lo hacen sólo los hombres, ni el mínimo para formar una banda en tu garaje son cuatro personas. Las californianas Deap Vally lo demuestran empíricamente en su último disco, Femijism, título que reivindica la igualdad poco latente en el mundo del cuero negro, las melenas al viento y los cuernos en la mano.
Por Quim Coll
Después de abandonarnos durante cuatro años, Frank Ocean decidió bendecirnos con una doble publicación. La primera parte, Endless, consistía en un proyecto audiovisual que le sirvió para librarse de su antigua discográfica Def Jam Recordings por problemas mutuos y le dio vía libre para publicar a través de Apple Music Blond (también Blonde), el disco como tal. El trabajo, muy alejado de aquel maravilloso Channel Orange, nos sumerge en un viaje onírico y etéreo a través de la vida y las relaciones de Ocean, que nos presenta un álbum personal, íntimo, agobiante pero grandilocuente, reservado pero exuberante, en definitiva, uno de los mejores discos ya no del año, sino del género.
Por Quim Coll
El largo descanso que se están dando The Walkmen desde hace unos años conlleva, como es lógico, carreras en solitario de algunos de sus miembros. El líder y vocalista del grupo, Hamilton Leithauser, se estrenó en 2014 con Black Hours, un homenaje a la música crooner. Uno de los colaboradores del álbum fue Rostam Batmanglij, de Vampire Weekend. Esa asociación y la marcha de Rostam de Vampire Weekend fue lo que llevó a formar Hamilton Leithauser + Rostam. Con el disco I Had A Dream That You Were Mine han demostrado que su colaboración no fue cosa de dos días. Con un disco sólido, mezclando sonidos pop con la clase que Leithauser derrocha en el escenario, auguramos un gran futuro para el dúo y esperamos que no sea el último disco que hagan juntos.
Por Fon Smith
Esto sí que ha sido una sorpresa de fin de año. Cinco años nos han tenido en vilo aquellos que en 2007 conquistaron al mundo con Cross, y un año después con su versión en directo A Cross The Universe, sentando una base que seguirían infinidad de artistas y que, a día de hoy, ha conformado una verdadera corriente electrónica propia de un país como es Francia. A día de hoy y con Woman, Justice continúan haciendo lo que saben hacer, y es esa mezcla de pop, un disco y ese french touch tan característico ambientado en una escena totalmente 90. Si tuviéramos que calificar Woman de alguna manera, lo haríamos sin miedo a decir que es continuista pero adecuado, el álbum tiene una esencia fresca y de regeneración que se deja ver en cada track. Sabes que estás escuchando Justice de una oída, pero vas a percibir una esencia recargada e ilusionada, asegurado. Sea por ‘Safe and Sound’, ‘Pleasure’ o ‘Alakazam!’, Woman es indiscutiblemente ya no solo una de las reapariciones del año, sino un muy buen disco que dará que hablar en los festivales del próximo año.
Por Quim Coll
Tres años han tardado Kokoshca en presentar un nuevo disco. Después del maravilloso Hay Una Luz, los de Pamplona siguen con la formula en Algo Real, un trabajo de diez cortes en los que se mezclan a la perfección melodías dulces y duras, letras punzantes, sentido del humor y caña cuando hace falta. Canciones brillantes, inteligentes, algo alejadas de su anterior disco, más etéreo y esotérico. En definitiva, un disco más real, profundo pero a la vez muy cercano, y uno de los álbumes nacionales más destacados e imprescindibles.
Por Alfonso Alfaro
Nombrar el fallecimiento de Leonard Cohen sería injusto para la gran obra que publicó este año. La figura -póstuma- de Cohen va a ser muy alargada y You Want It Darker ha sido el broche de oro a la carrera del cantautor. La profundidad de sus letras unido a su minimalismo musical del que hace gala Cohen, convierte a su duodécimo y último álbum en una pieza imperdible. Temas como ‘On The Level’ o el mismo corte que da nombre al disco demuestran ser composiciones diferentes pero con la esencia Cohen intacta.
Por Alfonso Alfaro
Los de Los Ángeles firman un tercer trabajo maduro a la par que divertido. Una producción magistral de la mano de Aaron Dessner de The National unido a las composiciones de Local Natives dan un acabado al disco lógico como interesante aunque muy arriesgado. Apuestan por sonidos diferentes sin perder la autenticidad que les ha llevado a estar donde están.
Por Tatiana Moro
Lo predecible es el antagonismo a Mitski. La japonesa residente en Nueva York ha vivido en Turquía, China o Congo pero el estereotipo de mezcla de culturas no le ha alejado de esa solidez de un sonido proveniente más bien de las islas británicas. La segunda pubertad es el siguiente asalto, el de posicionarse en el podio como uno de los mejores discos de este 2016 a pesar de tener bajo su brazo tres álbumes ya. Con ese pop rock despiadado y contundente que nada tiene que ver con su aparente pasividad, Mitski define el concepto de predecible por su antónimo. Ella no lo es.
Por Alfonso Alfaro
Algunos le tacharon de loco y otros de genio pero Nick Cave haya querido grabar un disco tras la muerte de uno de sus hijos era y ha sido una apuesta arriesgada. Skeleton Tree es cien por cien Nick Cave & the Bad Seeds pero sus letras en esta ocasión pasan a primer plano por su fuerza y mensaje muchas veces de tristeza y de despedida como el «no respires» del tema ‘Girl In Amber’. Disco imprescindible en este final para tanto fans del australiano como para los iniciados.
Por Fon Smith
No debe ser fácil hacer un álbum al año, menos si se trata de obras tan prolíficas como son las del joven Nicolas Jaar y es que es gracias a álbumes como Sirens por lo que el productor americano sigue aposentado en un distinguido asiento de la escena electrónica. Sirens es infinitamente sensual, espacial y atractivo. Con una línea que se mantiene fiel tanto a las raíces chilenas del artista como a sus trabajos anteriores, Jaar se acerca exquisitamente a sonidos electrónicos poco convencionales unidos a elementos maximalistas, experimentalistas e incluso arreglos de cámara para hacer llegar a los oídos una manera diferente de vivir la música electrónica. Si alguien es capaz de incluir ritmos de cumbia a un trabajo y seguir postulándolo en la cúspide de la electrónica alternativa maximalista, ese es Nicolas Jaar.
Por Quim Coll
El debut de Paula Jornet bajo el pseudónimo Pavvla no ha dejado indiferente a nadie. La joven catalana de tan solo 19 años consigue compaginar su carrera como actriz en el serial de TV3 La Riera con el mundo de la música, y de qué manera. Su primer disco, Creatures, es una exquisita joya de música folk/electrónica, siguiendo la estela de nombres como Núria Graham, Bon Iver o Julien Baker. Diez cortes entrañablemente próximos, diez canciones que podrían estar narrando tu vida, con una melodía cuidadísima, unas letras inteligentes y pensadas y una voz preciosa que te transporta a otros mundos al oírla.
Por Alfonso Alfaro
La banda antes conocida como Viet Cong no ha sufrido el peso del cambio de nombre. Normalmente cuando esto ocurre es muy complicado que los fans lo olviden pero gracias a su gran disco homónimo, Preoccupations demuestran que tienen las cosas claras con este -¿segundo?- debut. Les da igual ofrecer canciones que apenas llegan a los 60 segundos como ‘Sense’ o composiciones que pasan los diez minutos como ‘Memory’. Su fórmula sigue funcionando y eso es lo importante.
Por Paula Molero
Museo del Romanticismo es el tercer álbum con el que Rusos Blancos vuelven a su pop guitarrero más sencillo pero sin perder las ganas de innovar que nos demostraron con ese experimento de electropop que fue Crocanti. Un disco de cambios, tanto de sello discográfico (es el primer trabajo con I*M Records) como en los temas, que con ritmos traviesos y melodías pegadizas buscan sacar nuestro lado más bailongo. 11 canciones sinceras que hablan sin tapujos de errores, actuaciones no del todo honestas en pareja, soledades y deseos con el que todos podemos sentirnos identificados. Un ejercicio de hiperrealismo con dulces melodías para reírnos de nosotros mismos.
Por Helena Malvido
Un disco, para y por ella misma. Desde su último LP True, en el que ya se apreció un gran cambio con respecto a su música anterior, Solange ha estado ocho años trabajando en A Seat at the Table. Solange se revela cansada del mundo, habla sobre lecciones que le brindaron sus padres y sus ancestros, sobre la historia de su cultura y los derechos humanos. Reflexiona sobre temas raciales, personales y universales desde una visión muy personal. No solo en la música del disco, Solange consigue cerrar un círculo en el que la dirección artística, las letras, las melodías y la puesta en escena son importantes a partes iguales. Un álbum que sin duda ablanda el corazón.
Por Helena Malvido
Para algunos este disco ha supuesto un cambio radical en The Growlers, sin embargo, se puede ver como el camino natural que el grupo ha optado por tomar. Después de años dentro de una fiesta continua han terminado donde cualquiera acabaría: en City Club. Aunque Julian Casablancas ha metido mano en la producción, el discurso noctámbulo es claro y engancha mucho. Nos dejan temazos como ‘I’ll Be Around’ o ‘Night Ride’. Indispensable no solo en esta mitad de año si no para todo 2017.
Por Fon Smith
Tras seis años de silencio, la que es por antonomasia una de las bandas exponente del dream pop electrónico de cuna europea da el salto al vacío con Running Out Of Love, cuarto álbum de estudio de los suecos. Un trabajo en el que se observa un nítido acercamiento a texturas más electrónicas y agresivas, aunque siempre manteniendo ese colchón azucarado y compasivo de los primeros The Radio Dept. Running Out Of Love comienza desde su portada, con una imagen desgarradora que plasma el sentimiento pacifista y antibélico que el grupo siempre ha mostrado a través de su obra, y es que con este álbum no dejan nada en el tintero: ‘Sloboda Narodu’, ‘Swedish Guns’ o ‘Commited To The Cause’ son buena muestra de ello. Un disco pesimista, conmovedor y a la vez esperanzador, con el que incluso te podrás echar unos bailes en una sesión de electrónica oscura.
Por Quim Coll
El cuarto álbum de Touché Amoré, Stage Four, gira alrededor de la muerte de la madre del cantante, Jeremy Bolm. Su madre murió de cáncer en 2014 mientras Bolm estaba actuando. El nombre del álbum es un doble sentido: el cuarto disco de la banda y el cuarto estadio del cáncer, cuando éste empieza a afectar a los órganos. El cambio al respecto de sus anteriores discos es radical. La estridencia y los gritos que colmaban sus tres primeros discos queda en un segundo plano, con guitarras mucho más limpias, más voz y menos gritos, pero con la calidad compositiva de Bolm en su punto máximo. Un disco emotivo y duro, de esos que remueven las entrañas.
Por Alfonso Alfaro
Tras dos notables álbumes, las norteamericanas alcanzan la excelencia con este Heads Up. Su potente single ‘New Song’ es uno de los candidatos a canción del año, pero el resto de composiciones son más maduras y con una composición más compleja. El cuarteto ha dado en el clavo musicalmente y es inamovible de cualquier lista de discos del año que se precie. Warpaint molan y ellas lo saben.
Por Helena Malvido
Front Row Seat To Earth nos transmite el universo frágil y lúcido de Weyes Blood. Un viaje al pasado donde dan ganas de colgar pañuelos en las lámparas y encender velas para escucharlo. Un álbum pausado y lleno de sentimiento, acompañado de un férreo mensaje sobre los excesos con los que nuestra sociedad ataca al medio ambiente. Destacan temas como el ya consolidado ‘Used to Be’ que pone los pelos de punta.
Por Judith Vives
Schmilco, el décimo álbum de estudio de los estadounidenses Wilco significa la vuelta a lo low-key. Pero no el low-key al que estamos acostumbrados. Es un low-key con tras vueltas de tuerca, en el que no se escatima en pistas musicales y en el que todos los elementos juegan para lograr una atmósfera difícil de lograr en otras ocasiones. Lo nuevo de Wilco es uno de esos regalos a los sentidos. Uno de esos trabajos que te dejan queriendo más.