El cuarteto deja un legado de ocho álbumes como una de las bandas de rock más reconocibles de la escena nacional

Por Alfonso Alfaro

La noticia triste del fin de semana viene desde Madrid con una de las bandas más icónicas de los noventa. El cuarteto de rock fundado por las hermanas Cristina y Amparo Llanos han puesto fin a una trayectoria de más de dos décadas con ocho álbumes de estudio. El motivo de esta ruptura es la poca motivación de varios de sus integrantes que ya de por sí están muy volcados con sus proyectos personales.

Es imposible no acordarse de Dover por su segundo trabajo, Devil Came to Me, que les encumbró musicalmente con un sonido muy grunge que recordaba a Nirvana. Este álbum les puso en el mapa llegando a tocar en Alemania, Holanda y México. El cambio a un estilo más electrónico con Follow The City Lights no gustó a sus seguidores que vieron como composiciones clásicas como Serenade o King George fueron adaptadas a esta nueva corriente. Cuatro años después, en 2010, publicaron I Ka Kené, un trabajo con tintes africanos con el que las críticas fueron abundantes y exigentes con la agrupación de las Llanos. Su último disco, Complications, publicado el año pasado, les devolvió al sitio que les merecía, recuperando las guitarras distorsionadas y ritmos frenéticos característicos. 

¿Qué viene después de 24 años de Dover? Amparo Llanos y Samuel Titos han formado un nuevo grupo, New Day, pensando en sonidos más folk ,y el batería Jesús Antúnez seguirá con sus proyectos de DJ. Aunque se hayan separado siempre prevalecerá su extensa y variada discografía. Larga vida a Dover.