Poco puedo decir sobre la cuidadísima banda sonora de Mad Men que no se haya dicho ya, pero ahora que los Globos de Oro han despedido a Donald Draper como se merecía tras la controvertida sonrisa final y han devuelto al personaje a la agenda pública quiero hacerle, al menos, un homenaje particular. Y lo haré trayendo a la memoria necesariamente al otro personaje que lleva toda la semana en nuestras bocas, David Bowie.

El recuerdo de ambos queda unido a la perfección en el final de Lost horizon (7×12), mientras Draper se aleja en la carretera tras recoger a un autoestopista en su Cadillac. Tras una serie entera tratando de radiografiar –a menudo a través de canciones– los sentimientos de un personaje que parece carecer de ellos, Bowie lo consigue. Suena la cuenta atrás mientras aparecen los títulos de crédito, dejándonos intuir la conclusión. La soledad de un personaje que ya no está ahí plasmada nota por nota.