Por Quim Coll
Si vas a un concierto de L’Hereu Escampa sólo con escuchar sus álbumes ya puedes hacerte a la idea de cómo van a actuar. Si además después de L’Hereu también tocan los Power Burkas, presentando el que es uno de los mejores álbumes nacionales del año, Llarga Vida al Tarannà, no sólo sabes lo que te espera sino que te preparas y rezas a dioses en los que no crees para no morir allí mismo. Así que este jueves, esperanzados y listos para la batalla, las hordas de seguidores de ambas bandas fueron desfilando hacia la sala Sidecar de Barcelona con los ánimos muy arriba, dispuestos a ver y a disfrutar de los dos grupos más en forma del panorama musical catalán.
Abrieron la lata L’Hereu Escampa, directos desde Manlleu. Presentando su último single, L’Esclafit, y tocando hitazos de su primer álbum homónimo y de Llamp de Déu, como las coreadas ‘Escura el Rec’ o ‘La Feram’, o mi favorita personal, ‘La Font’ («Llavors ens ofegàvem de riure» sigue siendo una de las mejores letras de la historia de la música catalana). Carles Generó y Guillem Colomer, guitarra y batería del grupo respectivamente, nos reventaron las orejas con su emo/punk que dejó un regusto a The Hoteler. Lo meritorio es que si The Hoteler lo hacen con cuatro miembros, L’Hereu lo hace con dos. Sin lugar a dudas una banda que ya se ha ganado su puesto en el Olimpo del underground catalán.
Finalizado su concierto me pregunté a mi mismo y a los de mi alrededor ¿cómo lo harían los Power Burkas para superar eso? Parecía prácticamente imposible. El bolo de L’Hereu había sido pura energía, una rabia reprimida que parecía liberarse a cada guitarrazo y a cada golpe en la batería. El público estaba entregado, el grupo lo estaba dando todo, fue un concierto redondo. ¿Cómo superar eso? ¿Parece imposible, no? Pues no. Los Power Burkas hallaron la respuesta.
Marcel Pujols al bajo y a la voz, Claudi Dosta a la guitarra, Aleix Marban también a la guitarra y Martí Ferrer a la batería. Estos cuatro chicos nacidos entre dos tierras, Vic y Mallorca, tienen la clave del éxito para cualquier concierto. Para empezar, un público fiel. La Sidecar estaba en ebullición, había pogos en cada hit y los coros eran continuos, hasta cuando el grupo no estaba cantando. También ayuda que el setlist estuviese lleno de los temazos de su nuevo disco (el público enloqueció con ‘Ja Ens Entenem’ y ‘Ferralla’) y algún que otro tema de sus antiguos EPs y casettes, como ‘Puny’, ‘Avorriment’ o ‘Tiger’. Sus vertiente más reivindicativa también estuvo presente, con cortes como ‘La Missió de l’Home és ser Patró’. Casi podríamos decir que los Power Burkas son los exponentes de la Nova Nova Cançó, herederos de ese movimiento reivindicativo encabezado por Raimon o Lluís Llach. Si además le sumas ese carisma, ese encanto natural tan Hoteler, proveniente de la experiencia encima de los escenarios, los Burkas lo tienen todo para ganar, y para seguir ganando durante el tiempo que deseen.
Y es que Llarga Vida al Tarannà, que como ya hemos dicho uno de los discos del año, es una patada que dinamita el aura de la escena musical catalana, aunque, paradójicamente, los Burkas llevaban años en ella. Ahora, con el álbum bajo el brazo, se avecinan nuevos niveles empezando por el concierto que darán el día 5 de junio en el Primavera Sound, bajo el marco Primavera al Raval, además de sus otras dos fechas confirmadas, el 27 de mayo en L’Alternativa de Bisbal de l’Empordà y el 9 de julio en el festival Parc de la Llinera de Parets del Vallès. Se avecina una temporada movidita para los Burkas, muchas cosas pueden pasar, pero eso seguro, sin renunciar a el tarannà que les ha llevado a ser una de las bandas más interesantes de Catalunya.