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Por Alfonso Alfaro
Si la primera jornada estuvo marcada por la lluvia y los retrasos, el sábado fue completamente diferente. Pese a que la humedad y el agua ya había hecho sus estragos el día anterior, el Donostia Kutxa Kultur se celebró con normalidad y sin que la gente tuviera urgencia de resguardarse en la carpa. Aún así hubo luces y claros con las actuaciones.
La mejicana Vanessa Zamora salió a escena solo con una guitarra y, un par de temas más tarde, le acompañó una bajista. El horario le jugó una mala pasada ya que no había gente en el escenario para ver el concierto un minuto antes de su celebración. Cual flautista de Hamelin atrajo poco a poco a más personas con sus alegres y tristes melodías.
Cómo no tenía que haber un representante de ska vasco en el festival y esos fueron Skakeitan. La multitudinaria banda se acoge a la energía que desprenden sus temas que fácilmente calaron en el público. Sin embargo la propuesta es plana y ninguna canción es memorable. Tras esta sobredosis de energía trompetera, The Divine Comedy llegó al escenario Keler para poner la calma. Neil Hannon mantiene esa pose y porte británica para sus conciertos -paraguas incluido-. Los temas de Foreverland como ‘How Can You Leave Me On My Own’ sonaron perfectos aunque los más aclamados fueron las canciones ‘At the Indie Disco’ que incluyó una cover de ‘Blue Monday’ entre sus acordes.
Si Lookers subieron el volumen de la carpa, The Drums pusieron el baile. La banda de Jonathan Pierce comenzaron con unos problemas técnicos que fueron subsanados en apenas cinco minutos tras haber consultado con el público. El norteamericano deleitó a sus fans con ‘Lets Go Surfing’ o ‘Money’ aunque también interpretó temas de su último LP Abysmal Thoughts que para nada desmerecieron al resto.
Por fin The Hives salieron a escena justo a medianoche consiguiendo congregar a la mayor masa de gente de todo el festival. Los suecos serán una apisonadora en directo pero su fórmula empieza a estar desgastada. Eso sí, no faltó todo el repertorio de Pelle Almqvist animando al público y bajando a cantar a las primeras filas. ‘Come On’, ‘Main Offender’, ‘Patrolling Days’… Su setlist se compuso de temas de todos sus discos aunque si se hubiesen dedicado más a tocar que a arengar a la gente hubiese sido mayor. The Hives necesitan una renovación urgentemente.
Si los suecos desperdiciaron parte de su tiempo, a Kokoshca se les corto. Los de Pamplona comenzaron su show de lo más alternativo rasgando sus instrumento y con luz tenue, pero rápidamente se pusieron serios y subieron la distorsión. Las letras están entre la crítica, la sátira y la provocación y su música entre el punk y el noise rock. El tema más celebrado por los asistentes fue ‘No Queda Nada’, el single con más éxito del cuarteto.