Por Alfonso Alfaro

0ce960e0Las trayectorias de las bandas se miden por sus directos y sus álbumes. Sabemos que es más difícil mantenerse que llegar a la cima… Bueno, en realidad, son ambas muy complicadas. Muchas bandas se han quedado en el limbo de la música, es decir, un disco bueno y de repente su esencia desaparece de forma ipso facta en los siguientes trabajos. Dentro de este selecto club está Wolfmother, Alt-J, The Darkness y en menor medida Franz Ferdinand y The Libertines.

Yuck es una banda inglesa que acaba de sacar a la venta su tercer disco. Tras un debut más que notable con su álbum homónimo, su segundo trabajo Glow And Behold no fue todo lo bueno que uno podría esperar. Esta puede ser la última oportunidad.

El tema con el que abre el disco peca de ser plano y repetitivo, no hay que negar que es agradable y suena familiar. Es inevitable compararlo con Weezer de buenas a primeras por los punteos de guitarra y el cambio de ritmo de descendiente a ascendente al final. ‘Cannonball’ sigue la misma línea que la primera composición, el mismo esquema. Mismo ritmo, no hay un solo de guitarra, es una canción totalmente desechable. Se nota la falta de ideas de los ingleses.

Lo más alarmante es la pérdida de ese sonido característico que les hicieron famosos en su álbum debut homónimo. Han perdido potencia, garra, fuerza, se han desinflado como el pacto de gobierno de Pedro Sánchez. Una muestra de ello es ‘Like a Moth’, un tema interesante pero sólo si te llamas Pinback. El estilo de este dúo es muy personal y pese a que Yuck intentan adaptarlo, se quedan en tierra de nadie.
Las canciones no transmiten nada, uno es incapaz de no pasar a la siguiente. Iluso de mí. He tenido que volver al primer trabajo de los londinenses para recordar por qué me gustan. Un inciso. ¡Qué buenos temas son ‘Sunday’ y ‘Get Away’! Vuelta a la realidad.
Los dos siguientes temas, ‘Only Silence’ y ‘Stranger Things’, pecan de ese sonido veraniego que llevamos arrastrando todo el disco. Comienza a ser una misión tediosa analizar este disco porque observo mi biblioteca musical y hay otros que, inevitablemente, me llaman más.
La voz femenina de Mariko Doi se salva en ‘As I Walk Away’. Los sonidos arpegiados son demasiado constantes y las composiciones muy similares. En ‘Hearts In Motion’ son un poco más duros y se ve algo de luz con esos cortes de guitarras previos al estribillo aunque se nota ese pequeño sabor a American Pie.
El comienzo de ‘Swirling’ es digno de Rodriguez pero no acaba de arrancar, son cinco minutos y medio que no rompen. Con ‘Yr Face’ se vuelve a la distorsión que a mitad de canción se transforma en un tema lento donde se escucha a Max Bloom y Ed Hayes deslizar los dedos por las cuerdas. Los últimos minutos parecen más una jam session que hace del tema uno muy disfrutable.
Stranger Things no es el disco que se esperaba de Yuck, es más, los seguidores de la banda llevan cinco años ansiando una continuación a la altura de su primer trabajo. Este tercer disco, en caso de no convencer a la crítica, podría ser mortal para la banda. Es triste pero no sabemos si aquellos Yuck dieron con la tecla por pura suerte o simplemente están en un largo letargo.