Por Jaime Malvido

No mentiría al asegurar que un domingo a las ocho y media de la tarde el cuerpo no está para conciertos pero después de lo que viví con los Fire Tornados, ese momento dominical se ha convertido en un posible prime time para disfrutar de un buen directo.

El pasado domingo dentro de la serie de conciertos organizados en Vitoria-Gazteiz por Ahots Gora se pasaron por el Gora Project los zaragozanos Fire Tornados. La tarde no prometía nada, el grupo llegó al bolo con el tiempo justo y no había muchos valientes esperando a la puesta en escena. Eso sí, todos ataviados con ropa vaquera, colores oscuros y una cerveza en la mano que demostraba que en ese lugar se iba a tocar rock and roll del de siempre. Todo cambió con los primeros acordes, dos guitarras, un bajo, y una batería sin más ayuda que sus «amplis» y los pedales de distorsión, que empezaron a producir sonidos dignos de finales de los 60 y que hicieron que los allí presentes empezáramos a cabecear obnubilados por el sonido que llegaba a nuestros tímpanos.

El concierto duró casi una hora sin pausas entre canciones más que para dar las gracias un par de veces y presentar a la banda. El repertorio fue un paseo por su último disco Patience con algunos de sus temas anteriores e incluso intercalaron alguna versión como ‘Family’ de Hanni El Khatib. Los músicos fueron excepcionales: una guitarra solista que nos deleitó bajándose del escenario para mostrar su virtuosidad, una línea de bajo elaborada con muchas rutinas de rock and roll clásico, una batería muy potente con fuerte sonido de platos y bombo atronador y un frontman con voz de garaje, gritona en ocasiones, que gracias al buen sonido de la sala pudimos incluso entender lo que cantaba. Con el concierto casi terminado pudimos escuchar ‘Out of Control’, para mí el mejor tema de su último disco y creo que para ellos también ya que no dejaron de tocarlo mientras probaban sonido.

Pese a la poca afluencia del público la banda se portó con el personal del garito y tocaron un último tema improvisado al grito de “bonus track, bonus track”. Me aventuraría a decir que fue una versión del ‘Bad Betty’ de los Sonics muy bien defendida pese a no estar ensayada para la ocasión.

He de decir que aunque no debería, me sorprendió y agradecí la ausencia de sintetizadores y sonidos pregrabados que parecen estar presentes en cada concierto que asisto últimamente, un punto muy positivo para la banda que demostró que se puede seguir haciendo rock a la antigua usanza.

Una valoración muy positiva para los Fire Tornados y para Ahots Gora, que espero que me siga sorprendiendo domingo tras domingo.