Por Fon Smith

Y lo hizo un viernes en el que llovía, como nunca antes había llovido, y como llevaba ocurriendo en Valencia durante casi un mes. Ante estas situaciones son muchas las veces, y puedo decirlo por experiencia propia, a escasas horas del concierto, cuando al artista le invade un pequeño sentimiento alarmista en cuanto a lo que será la afluencia del público debido al temporal; en ocasiones se hace inevitable ese canguelo previo, desde luego. Esa noche, sin embargo, había algo más, y es que la gente que se acercaba ya a prontas horas a la Plaza del Cedro a echar la primera cerveza, para luego dejarse caer por la Wah Wah, eran personas que sabían a lo que venían, que habían sentido la llamada, el regreso de Bearoid a su tierra natal, en una noche que prometía experiencias electrónicas infinitas.

A estas alturas de la función Bearoid había hecho sus deberes para la ocasión. Ajetreadas debían haber sido sus semanas previas al concierto en Valencia, principalmente debido a la publicación de ‘Enemy’, single del que hablamos en su día y el cual posee una particular fuerza y solidez que no hace más que exponer la constante evolución y maduración que está teniendo el artista (además de que es un temarraco, en toda regla). No solo con ‘Enemy’ ocupó sus semanas previas, también grabando un tema que verá la luz en febrero, filmando un acústico en un rooftop de la ciudad condal para BalconyTV, y cómo no, todo ello con una actividad en redes de lo más amena y friendly, como viene siendo usual en Dani.

Pero hablemos del meollo del asunto. Para la ocasión, abrían la velada una pareja de lo más encantadora, de la que personalmente tenía alguna cosilla escuchada pero que no me había adentrado a destriparlos auditivamente con detenimiento. SALf UMAN es una interesantísima propuesta valenciana llevada a cabo principalmente por Sandra, quien junto a Diego dieron una lección total como teloneros haciéndonos partícipes de su propio universo sintetizado. Con sonidos que llegaban desde el electropop al más estilo Roosevelt, pasando por algún tema cercano al trip hop de bandas como HÆLOS, y con algún que otro aire oscurillo; SALf UMAN llevaron la propuesta de una manera muy sólida lanzando loops y samples mediante un launchpad y acompañándolos de punteos sensuales de guitarra y una línea de bajo arrolladora y totalmente groover. Un buen descubrimiento que ya me venía avisando Dani en momentos previos al concierto: «ojo con estos que hacen cosas muy guapas». Y qué razón tenía, mamma mia, mucho ojo con esta pareja para los próximos meses.

Tras el buen calentamiento, con una sala mucho más enfervorizada que al inicio de la velada (y la lluvia olvidada), se daba lugar el esperado regreso del hijo pródigo, junto a su fresquísima banda, entre vitoreos y una presentación de lo más amistosa y cariñosa: «acercaos y sed partícipes, bailad como nunca que estamos en familia. Y a quien más baile le regalamos un cubata». Una fecha especial, sin duda.

El caso es que el concierto no pudo empezar de mejor manera con un ‘Bad Karma’ que inconscientemente ya nos suena a todos de haberla escuchado en tantas ocasiones, para mí uno de los pop hits del artista sin ninguna duda, con su mítico «Life is not treating me gently, work is driving me so crazy» que tan catchy y sensual se escucha saliendo de Dani. Cautivador como nadie. A ello le siguieron temas transitivos que no dejaron decaer la sensación de fiesta familiar en un concierto en el que todo parecía ir de perlas entre amigos. Y seguía lloviendo afuera. ‘Weekends’ aventuró un momento de sosiego e inflexión, parte de su primer trabajo (Sleep, 2014), ‘Weekends’ supo a gloria para frenar por un momento nuestros bailes desenfrenados y dar rienda suelta a nuestra imaginación con ese áurea espacial y absorbente que crea el tema. Una pausa para luego seguir con lo que sería una sucesión de temazos de pista como sería la popera ‘Winterms’ (mención especial a los 40 Principales, jeje) o el esperado nuevo single ‘Enemy’, el cual defendieron con orgullo y firmeza por primera vez en directo y que deberán ir puliendo con las fechas venideras.

Más temas vendrían después, como ‘Northern Lights’, para luego ir terminando con un ‘Out Of My Mind’ épico y atronador que nos dejaría en el éxtasis realizado para continuar después la noche en nuestra discoteca favorita de turno.

Y acabar el concierto, terminarlo pensando exactamente lo mismo que la última vez: que cómo mola Bearoid, que qué bien ha llevado a término el formato banda, y que cómo me pirra ver propuestas innovadoras e internacionales que se salgan de los estereotipos de banda y sonidos convencionales. Y que un artista valenciano esté llevando esa línea internacional, firmando con sellos extranjeros, sonando fuera de nuestras fronteras, me parece sencillamente maravilloso.

Y por si os lo seguíais preguntando, sí, seguía lloviendo al terminar. Pero fue tal la experiencia familiar recreada en la Wah Wah gracias a los nombrados, que ya podía estar inundada Valencia, la fiesta iba a continuar. Y es así como con nuestras mentes despiertas, los pies activos, las manos abiertas, Bearoid nos regaló el mejor inicio (o final) de un viernes noche cualquiera.